Blue Eyes Bar

¿Unas cervecitas?

Todo el que me conoce sabe que yo la cerveza…. Pufff, mira que lo he intentado veces, pero que no hay manera. Ese sabor agrio, amargo… ya sea en pleno agosto a 40º a la sombra, me supera. ¿Un Nestea o un Trinaranjus, o por qué no un zumito? Si es de naranja o frutas natural me das la vida. Lo se, lo se, que para los cerveceros no se lo que estoy diciendo, pero chicos, el agua fresquita también está muy rica  🙂

Jueves, Noche de chicas, que tras tener a nuestros peques se volvieron más escasas, además de tenerlas que pasar al viernes o sábado noche. ¿Qué mami no lo sabe? El deber llama. Y eso de estar toda la noche fuera, llegar a casa, darte una ducha rápida y derecha al curro… se acabó, pasó a mejor vida. Y tampoco es que lo eche de menos -¡Será el cansacio de toda la semana!

Cada vez es más difícil pero intentamos buscar un hueco, vernos, estar juntos…. Y este sábado nosotr@s tenemos una cita. Hay que celebrar cumples, Cris, Alberto.

¿La cena?, sorpresa, pero las cañitas…. ¿Por qué no en un típico Pub Irlandés, con su música de ambiente, sus mesas y bancos de madera, una barra interminable donde se aprecian pintas de diferentes colores según la cerveza y al fondo un pequeño escenario donde, precisamente los jueves tienen actuación en directo?

Quizá a alguno de vosotros si habéis viajado a Irlanda os suene este Pub. Incluso uno de mis vecinos, Luisete, cuando estuvo en casa me comentó que justamente él había estado alojado en una de las habitaciones cuyo balcón daba a esa fachada. Supo indicarme cuál, se acordaba perfectamente y le traía muy buenos recuerdos.

La foto me la pasó un amigo que había estado allí. La había retocado dejando la fachada en blanco y negro, y el Pub a color para acentuar su vida, tan popular como era.

Como en todo cuadro le hice pequeños cambios, le di mi toque personal. Cambié el nombre, Blue Eyes Bar. La calle la llamé The Music Ave y su número también lo modifiqué. Le añadí el cartel del próximo cantante, Dangerous Blond. Y el año que lo fundé 2006 😉

Lo personalicé completamente y aunque fue uno de los que más tardé en pintar, pues recuerdo pasar horas mirándolo sin dar una sola pincelada incluso pensando en darlo por ‘perdido’,  su resultado tras firmarlo fue muy gratificante.

-Bueno, ¿qué? ¿Unas cañitas?