El libro viajero

La semana pasada según llegué a recoger a Ainara me lo encontré. -«Toma que te ha tocado», fue lo primero que me dijo la profe de Ainara según llegué.
El fin, era recoger cuentos, canciones, dichos… De las distintas familias. Observar los valores con los que habíamos crecido, recordar nuestra infancia, ver como un mismo cuento, canción, podía llegar a tener distintas coletillas en su final: «… Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado», «… Y fueron felices y comieron perdices», … .

Un cuento de manos y una canción de nunca acabar.

… Experimentar en el último momento dio el resultado final. La cáscara de huevo no fue muy buena aliada, – ¡no conseguía pegarla en el papel porque lo que eran mis dedos estaban llenos de trocitos! . Al final había más cascara de huevo por la mesa y pegados a mis dedos que en la propia hoja del libro.

«¿Quién se comió el huevo?»

Quien se comio el huevo

«Veo, veo».

Tras ver el resultado final del huevo y el tiempo que no corría a mi favor seguir experimentando se quedó para otra ocasión.

Veo-veo

Un cumpleaños de colores

Nunca imaginó que en su 33 cumpleaños iba a tener el mejor regalo.

Ha pasado una semana y aún quedan las huellas de lo que fue una mañana llena de descubrimientos para ambas, llena de colores.

Ella lo tenía claro. Quería que fuera especial. Quería dejarlo pintado en su retina. La noche de antes lo había preparado todo sin yo saberlo. Y en esta ocasión estaría en casa, estaríamos juntas tras salir el sol hasta ocultarse. Era su cumpleaños.

Despertamos, y jugamos en la cama hasta cansarnos de hacernos cosquillas. A tenernos en pie entre cojines y almohadones mientras nos  hundíamos y pasábamos a las volteretas. Nos escondimos bajo las sábanas y fuimos fantasmas hasta asustarnos de nuestra propia risa. Tumbadas, en la cama, buscamos en tu bandeja de tesoros pulseras y collares que mejor nos iban. Nos pusimos guapas e intenté que no se me cayeran tus anillos en mis pequeños y finos dedos que tanto me gustan verme.

Cogimos fuerzas y tras desayunar corrimos a nuestro pequeño rinconcito.

Todo estaba preparado. Mi babi, las pinturas, la masilla,  la caja llena de colores, los folios… .

No sabía donde mirar, mis vista se centraba en mi mesa, en esos pequeños botes que antes no había visto, en mi caja de pinturas. Ni dudé en ponerme mi babi, mi bata, como tú.

Me abriste las pinturas y me guiaste a mancharme los dedos, las manos, a familiarizarme con la textura, a intercambiar bien los colores. Demasiado rápido me animé, tanto que acabé dándole un nuevo diseño a mi mesa de dibujo.

Pintamos y pintamos hasta llenarnos la cara, los brazos, de pintura, tanto hasta llegar a mirarme las manos con cara rara por su nuevo color.

Tras toda la mañana, a regañadientes tuvimos que guardarlo todo. Nos teníamos que ir, pero no sin antes colgar mis dibujos, mis regalos para ti mamá.

¡¡Felicidades mamá!! Te quiero. Ainara.

Palabras con voz

Como algunos ya sabéis, hace poco más de un mes me presenté a un Certamen de Relatos cortos. Era la primera vez que me presentaba a algo así y a tan sólo cuatro horas, me armé de valor y lo envié. Me hacía ilusión el pensar que habría gente que lo leería, que le gustara, o no, dar su opinión (las críticas siempre son constructivas). Aunque de ninguna manera llegué a creerme que en tan sólo una semana conseguiría estar entre los diez primeros.

¡Flipé!, sí, sí, flipé cuando la primera vez a falta de cuatro días me puse a contar posiciones. – ¡¡¡ 22!!!, para mi todo un logro. Cuatro horas después en la 18, al día siguiente en la 16 y así hasta llegar el último día la 10. – ¡¡MI RELATO!! ¡¡Me publicaban mi relato!! Gracias a vuestros votos, a vuestros comentarios.

Síiiiiiiiiiii, lo se, lo pregoné a los cuatro vientos. Me repetí más que el eco creyendo en esa pequeña esperanza. Sólo eran 3500 puntos en desventaja con la primera. -¿Imposible?

Desde chiquitilla he aprendido que si los sueños los persigues te puedes hacer con ellos. ¿Lo mejor?, cuando cae alguno en tus manos…. es… ¡¡MAGIA!!

Hace unos días una amiga locutora me envió un enlace. Mi relato, mis palabras escritas hechas voz. Continúo con ese nudo en la garganta. Gracias Marian.

http://m.soundcloud.com/#/dreamvoz/teechotantodemenos

 

 

Tulipanes

Comienza la temporada.

Las yemas están brotando, los árboles se visten de verde y algunos son tan caprichosos y coquetos que se dan el lujo de vestirse de flores.

Es lo que tiene la primavera…. Todo lo altera.

En mi jardín desde hace una semana estoy viendo brotar unas pequeñas puntitas color verde. -¡Son los tulipanes! Apenas han crecido y ya tienen la flor a punto de abrirse y son tan diminutos que casi no pueden mostrar la belleza de su flor. -¿Dónde los compraríamos? En cambio, los que acompañan al granado, son tan altos que el peso de su flor y su búsqueda ansiosa por el sol los acaba doblando. Y si no ya aparecerá algún gato, esos que se dan el gusto de pasar cuando quieren al jardín, de jugar, rascarse el lomo con las palmeras y hacer Kick Boxing, por cómo aparecen las flores de los tulipanes partidas bajo el granado. Por no contaros cómo se ponen a cazar gorriones, que pareces estar viendo en vivo y en directo ‘El hombre y la tierra’.

Sí, me encantan los tulipanes, sus colores, sus campos, la alegría que dan a un jarrón, a un centro de mesa, a cualquier rincón de la habitación.

Cuando amueblamos el salón, nos propusieron poner un cuadro que presidiera la mesa. No lo pensé dos veces, cuando vi aquella lámina, aquel campo de tulipanes sólo tuve que tomar las medidas y ponerme a ello. Además ese año nos obligaban en clase a hacer un carboncillo, un bodegón y un paisaje. Me había cambiado de Escuela por mi cambio de domicilio. Y el temario que había expuesto el ayuntamiento había que llevarlo a rajatabla. Sin duda, me vino genial. Aquel curso sólo me dio tiempo a hacer tres cuadros, pero me di cuenta que la calidad, sin duda, estaba mejorando.

Lo miro, lo miro y lo vuelvo a mirar, y cada vez me gustan más 🙂

Carnavales y un Ruiseñor

Hoy en la guarde son Carnavales. El tema: Luna, uno de los muchos cuentos que tienen allí.

Hace un par de semanas que nos lo comunicaron. En el casillero de cada peque habían dejado uno de los personajes que aparecen en este cuento. La idea era pintarlo en una camiseta blanca un par de tallas más grande para llevarla encima del abrigo ya que a media mañana tienen pensado salir a la plaza del pueblo a celebrar la fiesta de los Carnavales.

Ni me preguntéis, porque ni idea del cuento. -Sí lo se, he de reciclarme y salir de «Los 3 cerditos», «Caperucita roja» o el «Soldadito de Plomo». Imaginé que tratándose de «Luna» sería algo facilillo a dibujar. Una luna, por ejemplo, o un par de estrellas como mucho :-), vamos que ya me había hecho a la idea.

¿Mi sorpresa?, pues el lunes pasado al recoger a Ainara y encontrar en su taquilla el personaje que le había tocado. -¡¡¡Un RUISEÑOR, señores, un RUISEÑOR!!! Mi cara se quedó a cuadros, todo un poema acorde con el cuento. Pero ya no sólo eso si no que el pajarito en sí era feo, feo, feo, feo de narices. -¿Un Ruiseñor?, ¿la Luna y un Ruiseñor?, ¿¡pero qué cuento era ese!?

Julia, la profesora, tras verme la cara entre risas me dijo: – Que sepas que no ha sido a propósito, los he ido colocando en los casilleros según los tenía en la mano. Además a ti se te da muy bien dibujar, te será fácil.

¿Fácil? ¡Daba igual! Era horrible. Era raro, feo, con un pico extraño. No lo pude evitar y cuando se dio la vuelta me recorrí todos los casilleros de los demás niños: una luna, otra luna, más lunas, -¡mira un sol!, un corazón, otro sol, cinco lunas más, -¡ayyyyy un caracol! ¡Ya nos podía haber tocado a nosotras, Ainara!  :-), dos lunas más, un girasol, más lunas y… el Ruiseñor 😦

Tras doblar el folio con el personaje que nos habían dejado, la pregunté – ¿Puedo darle mi toque?, ¿ya sabes, tunearlo un poquillo? –Sí, sí claro, como tú lo veas.

Pues dicho y hecho, el Ruiseñor no es que se parezca mucho al del personaje, pero bueno como son los carnavales yo le he dado un toque de color. Vamos que lo he disfrazado, de Payasete, jejejejeje. Y me gusta. No me ha quedado tan mal y estoy pensando que mi próxima aventura…….. ¡¡¡TACHAN!!! ¡Diseñadora de ropa para peques! ¿por qué no?, imaginación no me falta :-). Así que ya os adelanto que veréis algún que otro modeli más por aquí jejejeje.

¡¡FELIZ CARNAVAL!! Y si tenéis peques y posibilidad de haceros con el cuento os lo recomiendo, ayer me explicaba otra de las profes, Magali, tras preguntarla, que se puede leer, bien: cantádolo, o en forma de poema. Y he de deciros que llevo desde ayer con la cancioncilla sonando en mi cabeza. Si ya hasta veo mono el ruiseñor ;-), pero me sigo quedando con el mío 🙂